Cuatro esquinas - Daniel Téllez

Cuatro esquinas - Daniel Téllez

Precio habitual
$ 250.00
Precio de oferta
$ 250.00

| Número de colección: S/N | Año: 2025 | 72 págs. | ISBN: 978-607-26-2531-0

En la Ilíada, poema épico del siglo viii antes de nuestra era, se refiere un combate de boxeo o pugilato, que tiene lugar durante los juegos fúnebres celebrados por Aquiles en honor de su fallecido compañero Patroclo. El boxeo ha estado presente en cada una de las Olimpiadas. En el terreno profesional, se ha practicado durante décadas en diversos países del mundo como Estados Unidos, Japón, Reino Unido, Puerto Rico, Argentina y Filipinas, entre otros.
En cuanto a México, el boxeo es el único deporte popular en el que nuestro país es potencia mundial. El semillero de grandes boxeadores mexicanos parece inagotable: Kid Azteca, Vicente Saldívar, Rubén Púas Olivares, Mantequilla Nápoles –nacido en Santiago de Cuba, pero “más mexicano que las enchiladas”–, Raúl Ratón Macías, Salvador Sánchez –muerto en un accidente cuando tenía apenas 23 años–, el gran campeón Julio César Chávez, Pipino Cuevas, Carlos Zárate, Chiquita González, Dinamita Márquez, el Terrible Morales, Jackie Nava, conocida como la Princesa Azteca, y un largo etcétera.
En Cuatro esquinas, Daniel Téllez nos ofrece una serie de poemas en honor de nuestros mejores boxeadores, aquellos que brillaron con luz propia en donde quiera que se presentaron. Asimismo, se incluye un poema en prosa donde se da cuenta de la vida difícil de un boxeador de barrio, de nombre Artemio, a quien apodan el Fideo porque eso es lo que parece. Finalmente, encontramos poemas dedicados a algunos de los más destacados boxeadores de otros países, como el inolvidable Muhammad Ali: se recuerda su feroz combate con Foreman, que tuvo lugar en Zaire y que narró en un libro magistral el escritor Norman Mailer. Desfilan en estos versos, llenos de emoción y memoria, otros boxeadores como el filipino Manny Pacquiao, uno de los más grandes de todos los tiempos, y el norteamericano Mike Tyson, de temible pegada. Un último capítulo está dedicado al boxeo en una de las ciudades que más gloria han dado al pugilismo mexicano: Tijuana.
El lector disfrutará con la lectura de estos poemas boxísticos, pletóricos de leyenda, historia y gloria; estos espléndidos poemas dedicados al deporte “de las narices rotas y las orejas de coliflor”.
                                                                                                  Armando Alanís Canales